
30 Nov LA ISLA SIN GEOMETRÍA – O SEA LA PALMA (I)
LA ISLA SIN GEOMETRÍA
Esta página no tiene nada que ver con un blog sobre viajes, para el que el autor se consideraría bastante indocumentado. Sólo pretende recalcar las cualidades novelísticas de un escenario determinado. Es conocido, pero poco frecuentado. Y por suerte, porque así se mantiene mucho mejor.
Para empezar, desde la perspectiva literaria una isla es interesante. Hablamos de un espacio limitado, que acota por sí solo la acción. Todas las fronteras son marinas y por tanto implican un desafío, tanto más difícil cuanto más atrás se ubique la trama. En La Palma, además, no hablamos de un mar simpáticamente azul. La rodea un océano de convulsiones fáciles, que el viento hace bramar como si estuviese lleno de monstruos.
La isla literaria también exige ciertas dimensiones. No puede ser demasiado grande, porque se continentaliza. Si es demasiado pequeña la narración se vuelve claustrofóbica.
¿Cuál podría ser el tamaño ideal?
Tal vez el que permite mover a los personajes durante varios días sin repetir escenarios, siempre con la frontera del mar a la vista. O sea, La Palma.
Por otro lado tendemos a asociar isla con aventura. Queda lejos, se llega por un camino incierto y, al menos en las que albergan novelas, no sabemos a ciencia cierta qué vamos a encontrar. La experiencia nos dice que seguramente piratas, o caníbales, o gorilas gigantes o dinosaurios; pero si nos ponemos en plan creativo no existen límites a lo que podemos albergar. Una isla plana, donde todo queda a la vista, requiere mucha imaginación. La naturaleza lo pone más fácil si, como en La Palma, suministra selvas inmensas –en este caso del bonito color verde de la laurisilva-, o picos asombrosamente erguidos a la orilla del mar. Todo eso sin contar el volcán de volcanes que parece la Caldera, de la que ya se hablará.
Entre los alicientes literarios se cuenta crear leyendas. Pero también es más cómodo trabajar sobre leyendas ya creadas. Por ejemplo, en el caso de La Palma la de visitar las montañas de la Atlántida, cuyas llanuras, como sus grandes ciudades y sus templos asombrosos, fueron engullidas por el mar y por eso sus habitantes le tienen tanto miedo. También anda por ahí lo de la isla de San Borondón, que de vez en cuando aparece en la niebla y huye de quien intenta alcanzarla. Dentro del mar de nubes, del que también hablaremos, resulta muy fácil verla.
Finalmente, para los continentales un pedazo de tierra que sale del mar implica una excepción. En nuestro mundo se llega a los sitios pisando sobre firme. Una vez rota esta regla, cualquier otra puede quedar igualmente burlada.
Por ejemplo, nuestra configuración del mundo se basa en los conceptos de recta y de plano. Ya sabemos que en la realidad nunca son matemáticamente ni una cosa ni la otra, pero las referencias nos sirven para representar aquélla. Serían conceptos difíciles de explicar para quien nunca hubiera salido de La Palma. Ni siquiera entendería la moderna matemática de fractales, porque no hay ninguna forma que se repita.
La isla entera es la obra de un escultor barroco y algo delirante. El cual, encima, usó como materiales la lava de los volcanes y la espuma del mar.
Esa misma originalidad se extiende a los cuatro elementos naturales. El agua se desploma a pozaladas desde el cielo o transmite los malhumores del mar. La tierra agota la gama de dos colores y menosprecia los demás. El fuego que creó la isla aún asoma de vez en cuando y da sustos a los forasteros, porque los isleños están acostumbrados. Y el aire se llena de nubes. Se diría que esto sucede en todas partes; pero las de ningún otro lugar se comportan como las de La Palma, con su doble vocación artística y transhumante.
Todo esto requiere dos o tres posts más como mínimo para ser desarrollado. Y aún queda hablar de la guanchidad, con toda su carga literaria –vale, los isleños eran benahoaritas, pero nos entendemos- y de algo tan artístico como la toponimia. ¿A qué en ninguna otra parte del mundo podría hacerse una cuarteta como ésta?:
Izcagua, Tigalate, Garafía,
Guelguén, Mirca, Aridane, Tazacorte,
Tenagua, Time, Idafe, Tiguerorte,
Garome, Taburiente, Teneguía.
……… Continuará.
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